Wilma es la protagonista de las fotos que pueden ver en este post. Su nombre ha estado inspirado por el personaje de los Picapiedras, y se trata del primer modelo de un neandertal basado en evidencia genética y restos fósiles. Científicos de la National Geographic Society han logrado reconstruir un rostro neandertal modelo basándose en el estudio del ADN de huesos neandertales de 43.000 años de antigüedad y ensamblando restos fósiles de especímenes neandertales tanto masculinos como femeninos para lograr una representación lo más fehaciente posible. Al menos un porcentaje considerable de los neandertales eran pelirrojos, pecosos y con tez pálida, y si nos concentramos en que se trata de reconstrucciones realizadas a base de restos fósiles completos y de la mano de profesionales calificados (como el reconocido Antonio Rosas, que lidera el proyecto) vemos que no existía tanta diferencia entre ellos y nosotros.
El aporte, además de curioso e interesante, es bastante significativo para la cuestión de nuestra identidad como especie. Siempre es bueno replantearse cuán lejos estábamos de ellos (los neandertales), o más bien cuán cerca estábamos. Creo que gracias a aportes como este las distancias se acortan, y ellos están cada vez más próximos a nosotros.
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