FÓSILES. NUEVAS CARAS EN EL ÁLBUM FAMILIAR
El 18 de mayo se presentó
Darwinius masillae, el primate fósil más
completo y mejor conservado obtenido hasta la fecha. Sus descubridores
vendieron el hallazgo de Ida, como bautizaron al ejemplar, como "el
descubrimiento científico más importante de los últimos tiempos" ya
que afirmaban que este fósil de 47 millones de años de antigüedad se
trataría del "eslabón perdido entre todos los primates y el resto de
los mamíferos".
Para Salvador Moyà-Solà, director del Instituto Catalán de Paleontologia, la nueva especie es "claramente" un
adapiforme, una rama del árbol evolutivo de los lémures, pero "no
aporta nada al conocimiento sobre el origen de los monos y antropoides,
mucho menos del hombre". Y añade: "El mensaje lanzado a la
prensa y la importancia del hallazgo no tienen nada que ver".
Poco más de un mes más tarde, pero sin tanta fanfarria mediática, se
publicó el descubrimiento de Ganlea megacanina, un primate de hace 38
millones de años encontrado en Myanmar, candidato a antecesor común a
todos los simios, incluido el hombre. "Este sí que es muy
importante, porque podría aclarar el debate científico sobre el origen
geográfico del grupo", explica Moyà-Solà. Tradicionalmente se ha
considerado África como el continente en el que aparecerían los primates
antepasados de todos los monos y antropoides modernos. La aparición de
Ganlea en Asia podría forzar una reinterpretación de esta teoría,
"si se confirma su posición en la base del árbol evolutivo".
El lugar de origen de los simios no es el único que ha sido cuestionado
recientemente. En junio de este año, el grupo encabezado por Salvador
Moyà-Solà hizo público el descubrimiento de Lluc, un primate que vivió
hace unos 12 millones de años en la península Ibérica que sería una forma
intermedia entre los extintos afropitecinos y los actuales grandes simios
(orangutanes, gorilas, chimpancés y humanos).
Anoiapithecus brevirostris
se une así a Pierolapithecus
catalaunicus, también descubierto en el mismo yacimiento por el grupo
de Moyà-Solà. Ambos fósiles apuntan al origen euroasiático de los grandes
simios, que se pensaba que había tenido lugar en África, desde donde
habrían migrado a Asia los antecesores de los orangutanes.
BIPEDISMO. SE ACLARA EL ORIGEN DE LA LOCOMOCIÓN HUMANA
Un reciente estudio concluye que los antepasados humanos no caminaban por
el suelo apoyándose en los nudillos, como sí lo hacen chimpancés y
gorilas. Los grandes simios más emparentados con el hombre desarrollaron
esta adaptación de manera independiente, según afirman los autores del
estudio.
Tampoco se balanceaban por las ramas de los árboles de la selva, como
hacen los orangutanes. "Los antepasados de los grandes simios hacían
una vida repartida entre el suelo y los árboles", señala Moyà-Solà.
Mientras que los antepasados de los orangutanes se adaptaron a llevar una
vida más arbórea, los antepasados de gorilas, chimpancés y humanos se
adaptaron al desplazamiento sobre el suelo, pero cada uno de un modo
diferente. Cuando el ancestro de los humanos actuales dejó los árboles
definitivamente, ya lo hacía caminando sólo sobre las extremidades
posteriores.
Esto confirma algo que ya había sido apuntado por los descubridores de
los fósiles de los homíninos más antiguos, rompiendo definitivamente uno
de los iconos populares sobre la evolución humana más extendidos.
EL ORIGEN DEL HOMO. LA CUNA DEL GÉNERO HUMANO, ¿ÁFRICA O
ASIA?
Si el origen africano de los grandes simios se ha puesto en cuestión por
el hallazgo de nuevos fósiles, la reinterpretación de viejos conceptos
también cuestiona el papel de África como cuna del género humano.
José María Bermúdez de Castro, co-director de Atapuerca, recuerda que
"tan sólo las especies son entidades naturales, todas las
agrupaciones superiores son construcciones artificiales". Los
criterios para incluir una especie dentro de un género u otro varían
"según los autores y las modas: del mismo modo que hay científicos
que proponen incluir a los chimpancés dentro del género
Homo, hay
argumentos muy válidos para excluir al Homo habilis".
María Martinón-Torres es partidaria de esto último. Esta paleontóloga es
autora de un reciente estudio sobre
Homo georgicus, la especie de
homínino más primitiva encontrada fuera de África, en el yacimiento de
Dmanisi (Georgia). "El desarrollo de los habilis es muy
similar al de los australopitecos, y el uso de herramientas no es un
argumento válido porque otras especies más primitivas ya las
fabricaban", explica Martinón-Torres. Para ella, el origen africano
del género Homo se basa en una falacia. "La preponderancia
del continente africano se debe a que en Asia no se ha excavado ni el 25%
que en África; hace 2,4 millones de años (antigüedad de los restos de habilis)
no había ninguna barrera entre los dos continentes, ni geológica ni
ecológica, que impidiese la migración de una especie de australopiteco
fuera de África".
Según esta investigadora, el género
Homo surgiría con georgicus en
Asia, desde donde se produciría la colonización de África con ergaster
y de China e Indonesia con erectus. Sin embargo, una de las
piezas clave en esta teoría era el fósil de Longgupo, datado en dos
millones de años. En principio descrito como erectus, su
descubridor se retractó en junio y ahora lo asigna a un nuevo tipo de
simio no hominino.
La colonización de Europa la realizaría
antecessor, especie de la
que se ha encontrado este pasado mes de julio en Atapuerca un nuevo fósil
de hace 1,3 millones de años que presenta muestras de canibalismo. Los antecessor
representan un estado intermedio entre los ergaster africanos y
los más recientes heidelbergensis europeos, antepasados de los
neandertales. La especie humana actual surgió en África, desde donde se
extendió a todo el planeta, desplazando a los neandertales y los hobbits
de la isla de Flores.
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